«El que no quiere superarse se convierte en un quejica que no prospera»

Empresario Camerunés

Volví de África, y además volví feliz. El inició de este viaje fue un gran reto, me enfrentaba a un entorno totalmente nuevo para mí. Nada más aterrizar las cosas se complicaron. Perdí mi maleta en Casablanca, no encontraba el hotel, y aunque hablo francés, el acento dificultaba mucho la comprensión. En ese momento estaba dividido entre los nervios y la tensión de todo lo nuevo, y la excitación por lo que estaba por vivir allí.

Una vez instalado en costa de marfil, dimos comienzo al seminario con los directivos de una gran empresa farmacéutica. Fueron días de mucho trabajo y grandes aprendizajes. Colaborar con estos empresarios me dio una apertura en mi forma de trabajar, con una nueva perspectiva y el enriquecimiento de una cultura hasta el momento desconocida para mí. A medida que reflexionaba sobre esto, me sentí agradecido. Agradecido por mi recorrido de vida, agradecido a mis intuiciones y a todas las decisiones que había tomado y que me habían construido como profesional. La conjunción de todo esto había permitido que yo me encontrase en ese lugar, descubriendo nuevas formas de concebir el trabajo, la profesión y la vida misma.

Uno de los empresarios con los que trabajé en este curso, me dijo: 

“El que no quiere superarse, se convierte en un quejica que no prospera”. 

Podría decir que este es una de las lecciones más importantes que me traje de vuelta a España. He conocido a personas cuyas vidas están llenas retos y luchas que aquí apenas concebimos. Y estas historias me impulsan a seguir haciendo lo que se me da bien, lo que me llena, acompañando empresarios y directivos en la búsqueda de una mejora en sus vidas.